jueves, 10 de junio de 2010

Amor helado.

Somos almas vagabundas.
Ir y venir en los días.
Soledades pasajeras,
viento que dobla la espiga.

Somos dos ciegos curiosos
buscándose con las manos
en el mundo vaporoso
del que procedemos ambos.

Ambos hambrientos de amor soñamos.
Ambos hambrientos de amor morimos.
Ambos hambrientos de amor pecamos
de perder nuestro camino.

Oye mi voz añil que te insemina,
déjate ser y comprende
que la luna es nuestro techo
y la tierra un lecho azul
donde seguirnos.

Quiero saber a que sabes,
latir juntos,
ser un cuerpo.
Luego salir cuando escampe
y pasear por los besos
que te dejaste en mi sueño.

Eso quise querer y quiero
quererte dar y no puedo.

Y ya no me queda aliento
que de calor a un amor
que se congela por dentro.
Abandonado a palabras
transportadas en el viento.

Un diamante estoy tallando
con soledad y silencio
apartir de amor helado
pero el hielo es solo hielo.

Ambos hambrientos de amor soñamos.
Ambos hambrientos de amor morimos.
Ambos hambrientos de amor pecamos
de perder nuestro camino.

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