sábado, 28 de febrero de 2009

1854

Carta del jefe indio Noah Sealth, 1854

"¿Como se puede comprar o vender el firmamento, ni aun el calor de la tierra? Dicha idea nos es desconocida.
Si no somos dueños de la frescura del aire ni del fulgor de las aguas, ¿Como podrán ustedes comprarlos?


Cada parcela de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada brillante mata de pino, cada grano de arena en las playas, cada gota de rocio en los bosques, cada altozano y hasta el sonido de cada insecto, es sagrada a la memoria y el pasado de mi pueblo. La savia que circula por las venas de los arboles lleva consigo las memorias de los pieles rojas.


Los muertos del hombre blanco olvidan su país de origen cuando emprenden sus paseos entre las estrellas, en cambio nuestros muertos nunca pueden olvidar esta bondadosa tierra puesto que es la madre de los pieles rojas. Somos parte de la tierra y asimismo ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas; el venado, el caballo, la gran águila; estos son nuestros hermanos. Las escarpadas peñas, los húmedos prados, el calor del cuerpo del caballo y el hombre, todos pertenecemos a la misma familia(...).


El agua cristalina que corre por los ríos y arroyuelos no es solamente agua, sino que también representa la sangre de nuestros antepasados. Si les vendemos tierras, deben recordar que es sagrada, y a la vez deben enseñar a sus hijos que es sagrada y que cada reflejo fantasmagórico en las claras aguas de los lagos cuenta los sucesos y memorias de las vidas de nuestras gentes. El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre.

Los ríos son nuestros hermanos y sacian nuestra sed; son portadores de nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si les vendemos nuestras tierras, ustedes deben recordar y enseñarles a sus hijos que los ríos son nuestros hermanos y también los suyos, y por lo tanto, deben tratarlos con la misma dulzura con que se trata a un hermano.

Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestro modo de vida. Él no sabe distinguir entre un pedazo de tierra y otro, ya que es un extraño que llega de noche y toma de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermana, sino su enemiga y una vez conquistada sigue su camino, dejando atrás la tumba de sus padres sin importarle. Le secuestra la tierra de sus hijos. Tampoco le importa. Tanto la tumba de sus padres, como el patrimonio de sus hijos son olvidados. Trata a su madre, la Tierra, y a su hermano, el firmamento, como objetos que se compran, se explotan y se venden como ovejas o cuentas de colores. Su apetito devorara la tierra dejando átras solo un desierto. No sé, pero nuestro modo de vida es diferente al de ustedes. La sola vista de sus ciudades apena la vista del piel roja. Pero quizás sea porque el piel roja es un salvaje y no comprende nada.

No existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ni hay sitio donde escuchar como se abren las hojas de los arboles en primavera o como aletean los insectos. Pero quizá también esto debe ser porque soy un salvaje que no comprende nada. El ruido parece insultar nuestros oídos. Y, después de todo, ¿Para que sirve la vida, si el hombre no puede escuchar el grito solitario del chotacabras ni las discusiones nocturnas de las ranas al borde de un estanque? Soy un piel roja y nada entiendo. Nosotros preferimos el suave susurro del viento sobre la superficie de un estanque, así como el olor de ese mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado con aromas de pinos. El aire tiene un valor inestimable para el piel roja, ya que todos los seres comparten un mismo aliento - la bestia, el árbol, el hombre, todos respiramos el mismo aire. El hombre blanco no parece consciente del aire que respira; como un moribundo que agoniza durante muchos días es insensible al hedor. Pero si les vendemos nuestras tierras deben recordar que el aire no es inestimable, que el aire comparte su espíritu con la vida que sostiene. El viento que dio a nuestros abuelos el primer soplo de vida, también recibe sus últimos suspiros. Y si les vendemos nuestras tierras, ustedes deben conservarlas como cosa aparte y sagrada, como un lugar donde hasta el hombre blanco pueda saborear el viento perfumado por las flores de las praderas. Por ello consideraremos su oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, yo pondré una condición: El hombre blanco debe tratar a los animales de esta tierra como a sus hermanos.

Soy un salvaje y no comprendo otro modo de vida. He visto a miles de búfalos pudriéndose en las praderas, muertos a tiros por el hombre blanco desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo como una maquina humeante puede importar mas que el búfalo al que nosotros matamos solo para sobrevivir.

¿Que seria del hombre sin los animales? Si todos fueran exterminados, el hombre también moriría de una gran soledad espiritual; Porque lo que le sucede a los animales también le sucederá al hombre. Todo va enlazado.

Deben enseñarles a sus hijos que el suelo que pisan son las cenizas de nuestros abuelos. Inculquen a sus hijos que la tierra esta enriquecida con las vidas de nuestros semejantes a fin de que sepan respetarla. Enseñen a sus hijos que nosotros hemos enseñado a los nuestros que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra le ocurririá a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, se escupen a si mismos.
Esto sabemos: la tierra no pertenece al hombre; el hombre pertenece a la tierra. Todo va enlazado, como la sangre que une a una familia. Todo va enlazado.
Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra. El hombre no tejió la trama de la vida; el es solo un hilo. Lo que hace con la trama se lo hace a si mismo. Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios pasea y habla con el de amigo a amigo, queda exento del destino común.
Después de todo, quizás seamos hermanos. Ya veremos. Sabemos una cosa que quizá el hombre blanco descubra un día: nuestro Dios es el mismo Dios. Ustedes pueden pensar ahora que Él les pertenece lo mismo que desean que nuestras tierras les pertenezcan; pero no es así. Él es el Dios de los hombres y su compasión se comparte por igual entre el piel roja y el hombre blanco. Esta tierra tiene un valor inestimable para Él y si se daña se provocaría la ira del creador. También los blancos se extinguirán, quizás antes que las demás tribus. Contaminan sus lechos y una noche perecerán ahogados en sus propios residuos. Pero ustedes caminaran hacia su destrucción, rodeados de gloria, inspirados por la fuerza de Dios que los trajo a esta tierra y que por algún designio especial les dio dominio sobre ella y sobre el piel roja. Ese destino es un misterio para nosotros, pues no entendemos por que se exterminan los búfalos, se doman los caballos salvajes, se saturan los rincones secretos de los bosques con el aliento de tantos hombres y se atiborra el paisaje de las exuberantes colinas con cables parlantes.. ¿Donde esta el matorral? Destruido. ¿Donde esta el aguila? Desaparecio. Termina la vida y empieza la supervivencia."

El Paso

Nadie sabe dónde acabará el camino.
Las calles son un laberinto.
Arrópate contra el frío y vigila tu destino.
Avanza siempre hacia adelante,
no pares ni un segundo,
no me sueltes el martillo,
cumple con tu cometido,
no defraudes a tu padre,
no hagas de esto un numerito...

Silva el viento contra el muro,
en sus viejas cicatrices
silva sobre la tragedia.
Viaja y choca en el silencio,
escondido entre las largas sombras de la tarde,
afilándose en las piedras.

Hay un pájaro en lo alto.
Vuela lento y se pasea por el aire,
quieto como una estatua movida por arte de magia.
Bendice mi sufrimiento
y engendra en mí la esperanza.

Ocultando el sol a veces,
en sinuoso trayecto,
el ave-piedra me invita a descifrar sus mensajes
sobre gemas y diamantes entre lodo y excremento.

Una poderosa verdad que insemina lo que toca,
tiñendo de mil y un colores las calles y sus rincones,
las farolas y las flores, la voz de los ruiseñores.
Y un latigazo de vida agita el mundo.
Y que venga el día a día.

lunes, 23 de febrero de 2009

De mi Alma Imaginaria

Me equivoqué
con los elfos y las hadas.
Con la luna solitaria
y su blanco cuerpo plata.

Con las las afinadas notas
que la lluvia susurraba
en mi corazón desierto
de música recitada.

Me equivoqué con las rosas
y sus sueños espinados.
Me equivoqué con la risa,
con el amor y la espada.

Porque el que ama se arriesga.
El corazón en la mano.
Y duele cerrar la llaga
de un pecho deshabitado.

Ungido por el perdón
dejo mi papel a un lado.
Ya no se va mi energía
en llorar lo equivocado.

Yo te espero como el aire,
como siempre te he esperado
circundando la alegría
de que me invites al baile.

Cumpleaños

El pelo recién cortado
y el calor de primavera
en la ribera.

jueves, 19 de febrero de 2009

Marcos

Como un árbol milenario,
enraizado y susurrante,
su alma como gaviotas,
posada, serena y confiada.

Como un bálsamo bendito
de energía reposada
su perdón es infinito.
Su libertad su morada.

A Marcos Ana.

domingo, 8 de febrero de 2009

Una carta de tu Alma Imaginaria

Con su áspero tacto reciclado,
de palabras salpicadas con el alma,
me arrancó de mi estado de vigilia,
susurrándome al oído
una mágica canción que ya no oía.

Y traía una esperanza.
Emplumado entre sueños y recuerdos,
un espejo restaurado de pedazos
de truncados corazones olvidados.

Pero el cielo borrascoso del pasado
no dejó pasar la luz brillante.
Los recuerdos lacerantes embotaron
el sentido y la emoción ya desgastados:

En los tiempos pasados
dónde pintábamos en negros y añiles,
una armonía señalada aclamaba desde el cielo.

Yo, elegido a dedo,
soportaba el peso del silencio
que emanaba del deseo.
Soñador de horizontes olvidados,
descifré tu Alma Imaginaria
y bebí de tus sueños y palabras.

Engullí tus pensamientos y tus gestos
y cree un eslabón en tu cintura.
Pero tu alma desgarrada
siempre viste con sus prendas las llanuras.

El entorno empobrecido de mi alma,
suspirando por alzarse del abismo,
recreó el contexto más propicio
para huir de los desprecios y los lirios.

Y vagué por los infiernos
sin tu Alma Imaginaria,
esperando que una mano
rescatara la esperanza.

Pero nunca hubo una voz
que me dijera: ¿Bailas?
Solo el eco del silencio
y espejos rotos del alma.

viernes, 6 de febrero de 2009

De los Sueños

Seguiré.
Seguiré buscándote.
Seguiré buscándote siempre.
Seguiré buscándote siempre entre pinturas.

Pintaré.
Pintaré imágenes.
Pintaré imágenes con palabras.
Pintaré imágenes con palabras borrosas de los sueños.

Soñaré.
Soñaré tu alma.
Soñaré tu alma cantarina.
Soñaré tu alma cantarina invitando con su baile a que la sigan.

Seguiré.
Seguiré buscándote.
Seguiré buscándote siempre.
Seguiré buscándote siempre entre pinturas.

jueves, 5 de febrero de 2009

Revelación

Suscitado por las cumbres borrascosas de la conciencia,
sigo estelas malditas de corazones desgarrados.
Aferrado clandestinamente al polvo y la muerte.
Perseguido por la eterna ausencia de lo presente,
de lo efímero.

Consentido por ojos sin vida cual globo de vidrio inerte
fui a caer en las ansias carnívoras de la nada.
Nada de ambición impoluta en los textos ni en la música.
Nada de relajo en el ausente fluido del tiempo.
Nada del suave mecer de la brisa y el cálido sol del invierno.
Nada fue dejado al antojo de un dios único y severo.
Un dios personificado como los colores de los cuadros.

Un ausente lamento de silencio recorre el alma de lo intangible.
Una música celestial oculta tras el ruido del tránsito humano.
Un secreto a voces, tan cerca que no es visible.
Tan cerca que es lo que eres.

martes, 3 de febrero de 2009

Piedra Negra

En el fondo de lo oscuro del deseo
encontré la piedra negra.
Un brillante carmesí lleno de hielo
y de noches vagabundas en la selva.

Me embriagué con sus mieles, hechizado,
olvidando la memoria.
Me deshice en su secreto ensortijado
y vagué por sus luces y sus sombras.

Recorrí sus guaridas y sus noches,
conocí sus secretos uno a uno,
escuché todas sus voces
y probé todos sus frutos.

Devoré lo que pude con los ojos
y me harté de su belleza.
Encontré un sitio tranquilo, un cojín rojo
y esperé que amaneciera.

Ahora espera en lo oscuro del deseo
ahora espera, piedra negra.

Gracias

Si se abre una ventana en estas letras,
si a través de las estrofas se vislumbra
la verdad o la belleza,
es un reflejo del alma que se ha sumergido en ellas.