A veces quiero
pintarte con palabras.
En un instante vacío,
de silencio,
a veces,
un recuerdo bosqueja
un trino de tu voz
o el juego de tus pasos.
Y quiero sellar una bocanada
que de ti me viene,
y corro hacia el papel para atraparte.
Pero es inútil.
Tu presencia deja inertes las palabras,
como hormigas muertas en la blanca escarcha.
Así llegas y me robas,
y me invades sin esfuerzo
el momento y la palabra,
el alma y el pensamiento.
miércoles, 20 de julio de 2011
sábado, 16 de julio de 2011
La tierra
La noche trae, en su manto,
envuelto el olor de la tierra.
Tierra húmeda y negra.
Tierra antigua y heredera.
Tierra que llama a sus hijos,
a echar la ropa a la hoguera
y a clavar los pies descalzos
en su vientre de madera.
Llama con su grito sordo
a sus hijos navegantes
de un mar de espejos vacíos
donde buscan encontrarse.
Y ha de romperse su pecho
de madre desconsolada.
Donde encallarán los barcos
que a la deriva vagaban.
Y allí morir y nacer.
Sin espejos.
En la tierra.
envuelto el olor de la tierra.
Tierra húmeda y negra.
Tierra antigua y heredera.
Tierra que llama a sus hijos,
a echar la ropa a la hoguera
y a clavar los pies descalzos
en su vientre de madera.
Llama con su grito sordo
a sus hijos navegantes
de un mar de espejos vacíos
donde buscan encontrarse.
Y ha de romperse su pecho
de madre desconsolada.
Donde encallarán los barcos
que a la deriva vagaban.
Y allí morir y nacer.
Sin espejos.
En la tierra.
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