miércoles, 7 de abril de 2010

Prima Vera

La última gota cayó.
El viento poco a poco amansa sus caballos.
Las flores chicas del almendro se asoman al sol de la mañana.
Un pájaro en el cielo se recorta en un largo atardecer.
La noche viene serena y limpia.

Y yo crezco y me derrito
con el nuevo sol que me despierta,
soy llamado a mostrarme como soy,
tras la piel muerta.

Y me froto contra todo,
me desnudo de esa piel antepasada.
Y me muestro como ayer
para aquelles que en mi fijen la mirada.

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