Un instante pasajero,
un suspiro.
Sin que nadie se de cuenta,
ni los cuervos, ni las hadas,
ni yo mismo...
Quiero volver a ser tuyo,
como lo fuí aquel día
en que plantábamos pinos
sembrando tierras baldías.
Ser un minúsculo punto,
una risa del reloj
y luego dejarte libre
en tu mundo de color.
Un parpadeo del tiempo,
como un refugio de amor.
Nadie sabrá dónde estamos
mientras huyamos los dos
desnudos en cuerpo y alma:
Como un rayito de sol
Bucearemos desnudos
bajo las mantas de lana
y encontraremos tesoros
para avivar nuestra llama.
Que solo quiero tenerte
como en aquella ilusión
en la que tú no eras mía,
ni tampoco tuyo yo.

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