lunes, 6 de septiembre de 2010

Siembra

[Llora lluvia fina la noche que me dejaste.
Una noche sin estrellas que dibujen
el bendito recuerdo de tu canción risueña.

Desde el fondo de mi paz se oye un grito.
La impotencia de quererte
como nadie te ha querido]


Sube a buscarte a mis labios
una promesa, que luego,
se va con las golondrinas
que dejan paso al invierno.

Quiero que seas mía,
como la tierra sembrada,
y que el trigo de tu pelo
me arrope en la madrugada.

Que a regarte iré sediento
y a labrarte deseoso,
si tú eres tierra profunda
donde cosechar mi gozo.

Que brotes frutos y flores
y en la boca una rosa
para que yo te la robe.

Quiero tenerte a la orilla
de esta piel que nos separa,
y escuchar romperse el sol
contra esta lluvia sembrada.

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