lunes, 7 de noviembre de 2011

Sakura.

Mira cómo arden las canciones,
los recuerdos.

Veo cómo se derriten los momentos,
bocanadas de sueños
que se llevó el viento.

Arden bajo el fuego del desierto
que arrasó el miedo.
La densa jungla que creamos se secó,
a la sombra de un sol
que es tapado con el dedo.

Ya no existo para ti
brillando como un águila
en el cielo,
rompiendo la forma del viento.

Ya no soy el lince en sigilo
que acecha tu cuerpo.
Solo soy la sombra vacua de un recuerdo.
Vacío anhelo de un tiempo
en que arrojamos el vuelo
para rompernos el pecho
sin despegarnos del suelo.

Como el cerezo.

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