lunes, 26 de diciembre de 2011

No me odies.

Soy solo un niño
que lucha
por entender el mundo.
Cantan al viento
las huellas
de mis pies de humo.
Un animal encerrado,
en esta jaula vacía
de cristal velado.


Camino ciego,
intuyendo la senda
donde encontrarme contigo
sin pisar la tierra.

No me odies por quererte.
No me odies
por quererte demasiado.

Por abrir caminos anchos
en la tierra,
y soltarte la mano
y que avances sola.
Por vencer mis sombras
con la luz de la conciencia,
por apagar tu delirio
e iluminar tu inocencia.

No me odies porque vivir te duela,
que se nos clavan las agujas
del destino
y a bastonazos
nos herimos
buscando cómo amarnos,
sin destaparnos los ojos
para encontrarnos.

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