jueves, 22 de diciembre de 2011

El sol que sale.

Flota en el viento,
pequeña,
en tu plumita caliente.
Dime adios y emprende el vuelo,
hasta perderme.

El tiempo borra mi cuerpo,
mis latidos como pasos
que anduvieron su camino
entre tus brazos.

Ya no puedo protegerte,
nunca pude.

Y en tu pecho y en tus ojos
arde el hielo
sobre espinas de un rencor
que no comprendo.

Como un pájaro caído
ya solo soy una sombra.
Como la piel vieja y seca
me desprendo,
y me abandono y me borro
como ceniza en el viento.

Resiste el frío pequeña,
que el sol que sale calienta.

Y como el viento de otoño
susurrare mientras duermes
y el dolor ya se habrá ido
cuando despiertes.

Resiste el invierno pequeña,
pues vendrá la primavera.

Y como brisa marina
te acariciaré en la siestas
como un recuerdo dorado
sin que me adviertas.

Respira, sonríe,
confía y espera.

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