A veces quiero
pintarte con palabras.
En un instante vacío,
de silencio,
a veces,
un recuerdo bosqueja
un trino de tu voz
o el juego de tus pasos.
Y quiero sellar una bocanada
que de ti me viene,
y corro hacia el papel para atraparte.
Pero es inútil.
Tu presencia deja inertes las palabras,
como hormigas muertas en la blanca escarcha.
Así llegas y me robas,
y me invades sin esfuerzo
el momento y la palabra,
el alma y el pensamiento.
miércoles, 20 de julio de 2011
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1 comentario:
Qué bonito... De reclinatorio.
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