Parecía fácil reir
aunque una sola nube oculte el sol
al mediodía.
Pensé que era fácil comer
aunque pierda el pan su aroma
y la fruta su color.
Creía fácil dormir
aunque los grillos lloraran
el luto azul de la noche.
Pero hallé que te buscaba.
Y en cada cosa, a ti
volava mi alma en un recuerdo.
Con el color de los cuentos
y el fino olor de las hadas.
Dejando grises los campos,
implacables los silencios,
desnuda y fría la cama
y un suspiro en el viento.
domingo, 7 de agosto de 2011
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