Si voy a buscar a tu boca
una perla o un pétalo de rosa.
Si en la noche te despiertan
mis manos de alfarero.
Si el tiempo no separa
y eres fría como roca
y en tu pecho no estalla
un fuego en mi nombre.
Entonces todo está muerto.
Somos muñecos de cera,
dos tristes vasijas huecas,
frágiles y obsoletas.
Memorias de lo que fuimos
flotando en la inercia estéril
como veletas.
miércoles, 10 de agosto de 2011
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