sábado, 17 de septiembre de 2011

Pantera negra.

Como un imán suspendido,
tu péndulo oscuro
en mi piel de plata.
Me arrastras a tu orilla,
a varar desnudo,
sobre tu cuerpo.

Marea salvaje,
azul remolino
de lento amor en las manos,
en los ojos,
en el paladar amargo.

Me llevas a tu rama,
pantera negra.

A comer de mis enrañas
la fruta fresca
escondida del invierno.
A mirarme con tus ojos,
fuego carnal de pantera.

Y me clavas en un sueño
donde tus uñas dibujan
en mi espalda de acero.
Donde te encuentro desnuda,
bañada en oro e incienso.
Donde me bebo la luna
que se refleja en tu cuerpo.

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