Las palabras, deshilachadas, abriéndose paso entre el vacío que provocan.
Un abismo abierto en la propia faz de La Esencia.
Idas y venidas de continentes vacíos, como barcos fantasma entre la niebla.
Como sombras se proyectan sobre las almas y las cosas.
Impenitentes. Tortuorias. Constiñendo la razón.
sábado, 10 de enero de 2009
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