domingo, 27 de mayo de 2012

Me faltas.

Viene el silencio tronando,
apagando los ecos
y el aire huele a vacío
y a nuevo,
a metal frío y a tierra.

Todo sigue.

Los planetas
en su devenir eterno,
las estrellas,
los torrentes y los ríos,
las nubes y las tormentas.

Una lágrima canta
al dolor antiguo,
mas allá de mi 
no existe la nada.

Comer, 
reír,
caminar,
vivos o muertos,
nada se acaba,
no se detiene.

Viene el silencio
a tragarse
los abismos,
las fallas, 
que me separan
de este instante eterno,
donde no falta nada.

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