Su voz resonaba en la cúpula celeste,
su cuerpo sigiloso hizo temblar la tierra.
Son cien mentes en una, cortante como espada
que forja el corazón profundo de esta fiera.
Y mil voces fueron una sola.
Mil cuerpos solo uno.
En un nuevo ser que cobró vida
avanzando por las calles lento y firme.
jueves, 13 de noviembre de 2008
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