Unido al efímero eterno de tu sexo, soy.
Entreveo el Tesoro que me muestras.
Pero ojos de cristal no ven espejos.
Suerte de espadas. Coladero.
Tino y desatino. Lo que veo.
Porque este es el peso que acarreo
desde mí hasta mí mismo.
Es un paseo
separado por abismos y fraseos.
Tonta tontuna que me atonta
los sentidos verdaderos.
Silencio a lo que veo,
porque creo que si creo.
sábado, 11 de octubre de 2008
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