domingo, 5 de octubre de 2008

Sangre que aceita las espadas


Que me envuelva el azul profundo de tu manto.
Y tu sombrero, ala de ángel, sea mi guía.
Envuelto con tu capa seré uno.
Me darás el poder que necesito.

Madre sagrada, hija bendita,
me abres la puerta del mundo.
Solo en ti está el origen de algo nuevo.
En tu nombre haré girar la Rueda.

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