Oigo tus ecos surgir de los abismos.
De la oscuridad espesa del averno
surgen cantos llamando a un nuevo orden:
sin palabras, sin esclavos, sin límites.
Llévame contigo al reino oscuro
e intangible donde habitas.
Quiero alas como tú, para elevarme
y pintarme el cuerpo azul con luz antorcha.
Sube aquí, a mi nivel, dame algo
que no pueda sostener, un candelabro
para que pueda entender
la llama azul en que ardo.
domingo, 26 de octubre de 2008
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