Confiado en la corriente sana de las cosas
y en su lógico fragor inmaculado,
dejo libre mi cuerpo caminando
por el mundo que se entrega a cada paso.
Como rueda giratoria, inesperada.
Que reparte con sus giros los motivos,
la energía libre y pura
que arranca de Los Cielos luz y vida.
jueves, 4 de diciembre de 2008
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