lunes, 8 de diciembre de 2008

Negro y Púrpura

Perdido en las oscuras regiones de las cosas, como el caballo salvaje extraviado en la estepa, busco el olor de las brasas, donde hubo fuego. Espero el día paciente, oculto en el secreto del bosque profundo y húmedo. Abrazado por sus sombras, sus dispersos susurros, sus chasquidos. Mi imagen es paladeada por pequeños ojos camuflados en la bruma. Mi olor saboreado como el premio a la paciencia. Clavo los ojos en la negrura implorando a la mañana. Pero la mañana es sorda y su reloj no adelanta.

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