Energía sagrada que infunda nuestras vidas.
Su curso imprevisible, atropellando la mente,
es inspiración frenética, creación ilimitada.
Todo conformado por la misma luz que lo anima.
Todo objeto y sujeto del ahora es siempre.
Bestias del averno,
no os temo,
pues vuestra triste figura deformada,
es la blanca luz del cielo transformada.
miércoles, 10 de diciembre de 2008
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