Nada hay que hacer que no esté ya hecho.
Nada hay para mi que no sea para todos.
Nada hay de cotidiano en la rutina.
Todo es cambiante y nuevo a cada paso,
pero es siempre lo mismo, la misma esencia pura
que actúa en todo el universo.
Que lo integra y le da forma.
Que le confiere vida desde dentro
como la mano a la marioneta.
viernes, 26 de diciembre de 2008
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