El dolor dejó su estela de llanto
y marchó, como ave en otoño.
Una espina clavada
que recuerda al corazón:
cada latido una trampa.
Detrás de la calma que se muestra
hay un mar de desorden.
Desorden de cuerpos y rostros,
palabras y gestos que apuntan
al trágico fin que dentro se gesta.
miércoles, 3 de diciembre de 2008
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1 comentario:
pido ,la paz y la palabra:te he visto inscrito en monosilabo ,animo ,cada vez te leen mas
mariposer
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